Porque son las habilidades que nuestros alumnos necesitan para comprender el mundo en el que viven, que se exigen ya en el mundo profesional actual y les permitirán crecer como ciudadanos libres y contribuir al desarrollo social de sus comunidades.
Porque hemos visto cómo funciona este tipo de educación, transformando las aulas en espacios de verdadero aprendizaje. Disminuye el fracaso escolar y mejoran los resultados académicos, aumenta la motivación de los alumnos y su capacidad de reflexión. Existen hoy en día más de sesenta métodos que se utilizan en diversos países, que incluyen de diversas formas el desarrollo de las habilidades del pensar en el currículum nacional.
Porque integrar en la acción educativa la educación de estas habilidades lleva al alumno a cobrar un papel activo, en el que construye e integra conocimientos realizando un trabajo intelectual habitual. Es el propio alumno quien desarrolla la capacidad de autorregular su aprendizaje, aplicando estrategias, detectando carencias o autoevaluando sus procesos.
Porque estas metodologías favorecen el trabajo habitual en pequeños grupos y los agrupamientos flexibles, ya que los alumnos aprenden a pensar pensando con otros: oyendo cómo sus compañeros afrontan un problema, detectando un error en el razonamiento de otro, comparando su propio proceso con el de los miembros de su equipo, etc.
Porque los alumnos que se apoderan de su conocimiento desarrollan mayor conocimiento de sí y mejor comprensión del mundo que les rodea, lo que les permite crecer en autonomía. Las habilidades del pensar, lejos de ser meras técnicas o estrategias para adquirir conocimientos, son hábitos personales de análisis del mundo y de uno mismo que el niño incorpora a su vida.
El término procede de la expresión inglesa “Thinking Skills”, acuñada en los años 40, cuando diversos expertos en Educación elaboran métodos de enseñanza dirigidos al desarrollo de las competencias intelectuales en la etapa escolar. Éstas metodologías se fundamentan en estudios sobre el aprendizaje y el conocimiento, que les permiten trabajar las diferentes habilidades de la inteligencia de forma sistematizada y adecuada al desarrollo madurativo del alumno.
Habilidades del pensar son todas las habilidades de la inteligencia humana, desde la más elemental hasta la más compleja: leer, organizar, planificar, comparar, resumir, exponer, criticar, diseñar, ordenar, etc.
No existe un elenco único de habilidades del pensar. Hay diversas clasificaciones, pero podemos tomar como base la taxonomía de Bloom de objetivos educativos, elaborada en 1954 y modificada en 2001. Bloom y su equipo agrupan en estas seis categorías las diferentes habilidades del pensar que un estudiante debería desarrollar a lo largo de su vida escolar.
Taxonomía de objetivos educativos de Bloom, 1956. Kratwohl y Anderson, 2001.
Adaptación del trabajo de Wilson, Leslie O., 2001.
Los estándares Pisa de comprensión lectora se centran en la lectura crítica y la comprensión profunda. Este tipo de comprensión lectora se logra con el trabajo de diversas habilidades del pensar:
Leer correctamente es mucho más que ser capaz de unir las letras formando palabras. Y es algo que un niño de 5 o 6 años puede hacer si el texto es adecuado a su nivel. Sólo es necesario enseñarle a afrontar un texto con una actitud crítica, trabajando con unas estrategias intelectuales determinadas.